El de la mula torda

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miércoles, 16 de junio de 2010

Madrid: La Latina.

El nombre de este popular y castizo barrio de Madrid, se debe a Beatriz Galindo, La Latina.
Beatriz, pertenece a una familia de hidalgos. Estudia en Salamanca. Llegando a ser una de las mujeres más erudítas de su época. A los quince años era capaz de hablar un perfecto latín. La fama llegó hasta la Corte de Isabel, La Cátólica, reina de Castilla. Beatriz pasa a ser la maestra de la reina.
En 1491 se casa con un viudo, Francisco Ramírez de Madrid, consejero de los Reyes Católicos. Su esposo era capitán de artillería y fue conocido como El Artillero, por ser el inventor, de esa bomba con mecha flameante, que los artilleros llevan como emblema.
La Latina queda viuda y se retira a vivir muy cerca de este barrio, lo que hoy se conoce como el Palacio de Viana, en la calle Concepción Jerónima esquina con Duqe de Rivas.
Funda diversos conventos, entre ellos el de Concepción Jerónima. El origen de este convento va a estar íntimamente ligado al de la Concepción Francisca, y a los prblemas y pleitos que se sucedieron durante su fundación. La comunidad de jerónimas, se funda en 1504, sobre unas casas de su propiedad de la calle Toledo cerca de la plaza de la Cebada, junto al hospital de la Latina. En cuanto a las religiosas, fue voluntad de la fundadora que fueran hidalgas o hijas de caballeros.
Pero pronto empezaron los problemas con el Guardián -padre superior- del convento de San Francisco el Grande, quien interpuso un pleito aduciendo que era ilegal construirlo a tan poca distancia de su edificio, y que además, el marido de doña Beatriz, Francisco Ramírez -quien había muerto en 1501- había prometido a los franciscanos dichas casas. Así, aunque en 1508 las religiosas jerónimas llegaron a entrar en el convento, pronto llegó la sentencia de la Rota dando la razón a los franciscanos, por lo que las religiosas hubieron de abandonar su primitivo edificio -que posteriormente se convertiría en el convento de la Concepción Francisca- y trasladarse a otro cenobio construido algo más arriba, sobre unas casas de mayorazgo de la familia Ramírez.
El 15 de mayo de 1509 las religiosas entraron en su nuevo convento, que a partir de ese momento va a ser conocido por el nombre de la Concepción Jerónima.
En cuanto al edificio, destacaba sobre todo su iglesia, construida por el hermano Bautista en la primera mitad del siglo XVII. Según Madoz, tenía planta de cruz latina y bóvedas de estilo gótico en el crucero y en la capilla mayor. A ambos lados del retablo mayor destacaban los sepulcros de Beatriz Galindo y su marido Francisco Ramírez., aunque el de aquella se encontraba vacío, puesto que fue enterrada en el coro de la iglesia.
El convento fue derribado en 1890 para abrir la calle Duque de Rivas, trasladándose las religiosas a otro edificio entre las calles Lista y Velázquez. En cuanto a los sepulcros, se trasladaron a la Casa y Torre de los Lujanes, aunque no el cuerpo de su fundadora, que desde entonces acompaña a la comunidad en su periplo por distintos lugares de Madrid, encontrándose actualmente en el nuevo convento que las religiosas tienen en el Goloso




Palacio de Viana.




Fachada del Convento Hospital de La Latina, 1857.Ch.Clifford. Museo de Historia (Madrid)
Entre la calle Toledo y la Plaza de la Cebada, donde ahora se encuentra el Teatro de La Latina, existió hasta su demolición en 1904, el Hospital de La Latina y el convento homónimo, fundados en 1499 por Beatriz Galindo la Latina. Del complejo hospitalario se rescató únicamente su portada, que aquí vemos en una foto tomada por Clifford en 1857, y que se llevó a la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, en la Ciudad Universitaria, donde aún puede verse.






El Hospital de la Latina está muy unido a la tradición de los oficios de alarifes, albañiles. Los oficios que dieron mayor prestigio y reconocimiento a los musulmanes madrileños fueron los de alarifes, albañiles y fontaneros, y hasta finales del siglo XV recayó sobre ellos la casi exclusiva responsabilidad sobre todas las obras relativas a puentes, manaderos de agua y fuentes.
Hasta 1478, año en que murió, fue alarife de la villa Abdalá de San Salvador, sucediéndole entonces en el oficio su hijo Abraén de San Salvador. En 1480, por jubilación forzosa de Juan Sánchez, alarife cristiano que compartía el trabajo con éste -"por quanto (...) es muy viejo e sordo e non puede servir el dicho oficio"-, le sutituyó Mahomad de Gormaz. Al morir, su puesto se lo disputaron su hermano Abraén de Gormaz y maestre Jucuf, consiguiéndolo finalmente aquél en 1482. El oficio, como queda patente, estaba siendo monopolizado por los mudéjares, y el Concejo, receloso, ordenó que también se nombrase "por alarife con los susodichos, porque aya un cristiano con ellos, a Bartolomé Sánchez (...), y diéronle aquel mismo poder que los otros alarifes tienen". Junto a éstos trabajó maestre Hazán, el cual, sin embargo, no aparece en los documentos como alarife de la villa.
Hazán trabajó en la obra de la carnicería nueva de San Salvador, construida antes de 1480, y, sobre todo, fue el artífice del hospital de La Latina, construido entre 1499 y 1504 (aunque en su portada, que hoy se encuentra junto a la entrada de la Escuela Superior de Arquitectura, figure la fecha de 1507).

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