Pero te los puedes imaginar con una sintonía anacrónica, mucho más moderna. Fijate en la sincronía musical entre el famoso gordo y el flaco y la música de Carlos Santana.
Es evidente el anacronismo entre Laurel y Hardy y la música de Santana, y por ello de nuevo el asombro y la maravilla por cómo alguien es capaz de sincronizar de manera tan perfecta imagen y música para conseguir este resultado tan divertido.
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