Palacio de Liria.

Este mes este palacio, con algunos otros ocupara la actualidad como consecuencia de la boda de su moradora, la Duquesa de Alba. pero lo que verdaderamente nos interesa es la leyenda y la historia del plalacio. Se cuenta que el Duque de Liria, cuando quiso construir su nuevo y flamante palacio, encargó al arquitecto Gilbert que eligiera el lugar más saludable de Madrid para edificarlo. Gilbert utilizó un curioso sistema: colocó tiras frescas de piel de ternera en diversos puntos de la ciudad. Pasadas unas semanas, comprobó el estado de dichas tiras, la mayoría podridas, y vio que la que mejor se conservaba era la situada en este lugar, en el inicio de la actual calle Princesa, paraje que recibía directamente los aires saludables de la sierra. Y aquí se construyó el Palacio de Liria.
El III Duque de Berwick y de Liria ( linaje que se une a la Casa de Alba) Jacobo Fitz-James Stuard, mandó edificar su palacio en unos terrenos próximos a la actual Plaza de España, junto al Cuartel del Conde-Duque.

Edificado en 1762 por el arquitecto A. Gilbert, el palacio es de planta rectangular, con cuatro fachadas y dos patios interiores. En 1770 el arquitecto Ventura Rodríguez concluye las obras introduciendo algunas modificaciones aportando algunas reminiscencias del Palacio Real de Madrid y del Palacio de la Granja. Las fachadas principales cuentan con un cuerpo central encolumnado de estilo dórico y con pilastras en los cuerpos laterales. A comienzos del siglo XX el palacio fue reformado por Edwin Lutyens. Destruido durante la Guerra Civil, fue reconstruido al término de la misma. Las dos entradas al palacio, la de Princesa y la de Mártires de Alcalá son muy bellas. En cuanto al jardín, dispone de árboles de gran altura y porte. Debido a su carácter de monumento y a sus valiosas colecciones de cuadros, tapices y mobiliario, la Casa de Alba está obligada a permitir las visitas, aunque quien solicite la visita se encontrará, generalmente, sin respuesta de ninguna clase.