Era todavía mi hija muy pequeña. Estábamos en San Martín de Valdeiglesias. Un día de estos de verano caluroso, tras realizar las labores más importantes, ocuparme de mis padres, nos decidimos con el pretexto de dar una vuelta y llegar a casa del primo Arturo. Cuántas tardes paseé en el jardín de este hotelito. Las malas hierbas habían invadido todo. Las coníferas que servían de separación con la casa limítrofe habían crecido a su albedrío. Eran árboles enormes. Mi hija no se podía imaginar que el patio del hotelito hubiera sido un jardín. Entramos como siempre, dando una voz ¡Arturo! ¡Arturo! El primo se aproximó hasta la puerta. Después de los saludos y abrazos, me ofreció un chato de vino. Estuvimos charlando toda la mañana. Me comentó la perdida de su esposa Isabel y la operación de riñón. Le encontré estupendo, a pesar de los años no vivía con nadie. Mi hija, Paloma, se quedó impresionada por las estravagancias de las personas mayores. Mi primo no paraba de comer unas pequeñas aceitunas y tiraba los huesos al suelo del salón. Esta fue la última vez que estuve en su casa. Pasados unos días nos devolvió la visita y estuvo todo el día con mi padre. Los hechos que estoy narrando ocurrieron en el verano del 2001. Reiteradamente he ido por el hotelito, pero siempre cerrado, hasta que un día vi como le remozaban. Hablé con los obreros me no me supieron decir quién era el nuevo propietario. ¿Será alguno de sus sobrinos? Los recuerdo cuándo venían a pasar algunos días y por tener mi misma edad jugábamos juntos. Hoy hace ocho años de su muerte. Nos queda su recuerdo y los pequeños regalos que me hizo y que por ser algunas de sus obras las consulto bastante a menudo. De hecho mi mujer "El diccionario de palabras y frases extranjeras" lo tiene siempre a mano para su consulta. los libros que guardo de él son "Primera caza" (1956), "El pequeñuelo" (1967), "En la glorieta" (1972), "El lobo" (1981), "Historias de Bigotillo, ratón de campo" (1987) y "El amigo de mi hermano" (2000). Traducido al francés, al alemán y al checo, recibió en 1977 por su cuento "Las señas" el Premio Hucha de Oro de Cuentos.
Tal era la relación que manteníamos con él que incluso llegamos a aparecer en alguno de estos cuentos, como en Las Señas, mi padre, El Pequeñuelo, yo. Y muchos de los sitios donde se desarrollan, como el Portillos de Embajadores en la Glorieta. Los pueblos cercanos a Burgos, que hoy forman parte de la ciudad.
Os dejo el siguiente libro incompleto "Cuentos de otro tiempo".
Te dejo la obra completa ganadora de la hucha de oro Las Señas, con su propuesta didáctica en ete enlace AQUÍ
Otros cuentos:
- Noticia previa
- El amigo de mi hermano.
- El amoroso.
- Nubecilla
- Eso me había dicho.
- Lo que yo digo.
- Misioneros.
- Chismes y nada más que chismes.
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