El de la mula torda

El de la mula torda
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jueves, 7 de febrero de 2013

Cuentos.

La Gallinita y el pollito.

Había una vez una gallinita y un pollito que fueron a la avellaneda.
El pollito le dijo.
- si ves una avellana no te la comas sola porque te puedes ahogar.

Y contentos y felices corrían entre los árboles revoloteando. Y en esto ¡qué dicha! una avellana enorme estaba
en el suelo, se acordó de las palabras del pollito pero pensó.
-es un egoísta, este tesoro es mío y no lo daría por nada del mundo porque se lo comería todo.

Dicho y hecho, cogió con el pico la avellana y se la tragó, pero era enorme y se le quedó en el cuello. No podía
respirar.
El pollito al no oírla la buscó desesperado y la encontró medio ahogada.

Corriendo y volando llegó al pozo y le pidió:
-pozo, dame agua para que se la lleve a mi gallinita que se está ahogando en la avellaneda.

Y el pozo le dijo:
-dile a la novia que te dé la guirnalda.

Vuelta a volar;
- novia, dame la guirnalda para que se la lleve al pozo, para que el pozo me dé agua para que se la lleve a mi
gallinita que se está ahogando en la avellaneda.

Responde la novia
- ve y dile al zapatero que te dé mis zapatos

- zapatero, zapatero, dame los zapatos para que se los lleve a la novia, para que la novia me dé la guirnalda,
para que se la lleve al pozo, para que el pozo me dé agua para que se la lleve a mi gallinita que se está
ahogando en la avellaneda.

- dile al mantequero que te dé manteca.

- mantequero, mantequero, dame manteca para que la lleve al zapatero, para que el zapatero me dé los
zapatos para que se los lleve a la novia, para que la novia me dé la guirnalda, para que se la lleve al pozo, para
que el pozo me dé agua para que se la lleve a mi gallinita que se está ahogando en la avellaneda.

- dile a la vaca que te dé leche

- vaca, vaca, dame leche para que la leche la lleve al mantequero, para que el mantequero me dé manteca para
que la lleve al zapatero, para que el zapatero me dé los zapatos para que se los lleve a la novia, para que la
novia me dé la guirnalda, para que se la lleve al pozo, para que el pozo me dé agua para que se la lleve a mi
gallinita que se está ahogando en la avellaneda.

- dile al prado que te dé hierba

- prado, prado, dame hierba para que se la lleve a la vaca, para que la vaca me dé leche para que la leche la
lleve al mantequero, para que el mantequero me dé manteca para que la lleve al zapatero, para que el zapatero
me dé los zapatos para que se los lleve a la novia, para que la novia me dé la guirnalda, para que se la lleve al
pozo, para que el pozo me dé agua para que se la lleve a mi gallinita que se está ahogando en la avellaneda.


- dile a la nube que te dé lluvia

- nube, nube, dame lluvia para que el agua se la lleve al prado, para que el prado me dé hierba para que se la
lleve a la vaca, para que la vaca me dé leche para que la leche la lleve al mantequero, para que el mantequero
me dé manteca para que la lleve al zapatero, para que el zapatero me dé los zapatos para que se los lleve a la
novia, para que la novia me dé la guirnalda, para que se la lleve al pozo, para que el pozo me dé agua para
que se la lleve a mi gallinita que se está ahogando en la avellaneda.

La nube dejó caer agua (en este punto cabría pensar que el pollito se saltaría la cadena de pedigüeños y le
debería llevar el agua directamente y sin intermediarios a la gallinita que - si no se ha ahogado le debe faltar
poco - pero sigamos con el cuento tal y como lo contó María)
, el prado dio la hierba que se comió la vaca y
dio la leche que entregó al mantequero y éste dio la manteca que llevó al zapatero y le dio los zapatos que
llevó a la novia, la cual le entregó la guirnalda y se la llevó al pozo que le dio el agua.

Cuando llegó con el agua, la gallinita no estaba.

Un poco más allá había una zorra durmiendo,
- gallinita, gallinita ¿dónde estás escondidita?
Un pajarito que lo había visto todo le dijo:
- la zorra se la ha comido.

Por allí pasó un cazador que le pegó un tiro a la zorra y sacó a la gallinita.
Al tragar el agua se le pasó el ahogo y prometió que nunca, nunca volvería a comer una avellana entera.
Mientras, el pajarito desde una rama decía:
-la zorra está muerta
y está más tiesa que un garrote.


Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado,
Corre días, corre noches,
Buenos días y buenas noches.

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