Se trata de un pajarillo frecuente en nuestros bosques e incluso en nuestros parques, aunque no resulta fácil de observar. Su plumaje, de tonalidades marrones, es muy críptico, y, como además permanece mucho tiempo recorriendo los troncos de los árboles en busca de alimento, donde se camufla muy bien entre las cortezas, pasa muy inadvertido. Es mucho más fácil de detectar por su reclamo, integrado por unos profundos piídos.
jueves, 21 de marzo de 2019
Agateador europeo.
Se trata de un pajarillo frecuente en nuestros bosques e incluso en nuestros parques, aunque no resulta fácil de observar. Su plumaje, de tonalidades marrones, es muy críptico, y, como además permanece mucho tiempo recorriendo los troncos de los árboles en busca de alimento, donde se camufla muy bien entre las cortezas, pasa muy inadvertido. Es mucho más fácil de detectar por su reclamo, integrado por unos profundos piídos.
A lo largo de todo el año reclama y emite cortos, agudos y potentes piídos (tuiiiiit). Con el mismo reclamo compone una estrofa algo más elaborada en primavera, que repite incesantemente mientras “gatea” por los árboles. Su canto constituye el mejor rasgo para distinguirlo del agateador norteño, un ave prácticamente idéntica en tamaño y coloración, pero que emite un reclamo distinto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario