sábado, 16 de mayo de 2020
Zorzal alirrojo.
Hasta no hace mucho tiempo, en los inviernos grises y desapacibles, cuando las olas de frío invadían los países europeos, ingentes cantidades de unos pequeños zorzales se distribuían —a menudo en compañía de especies afines— por los cultivares, los sotos, las viñas y los bosques de la Península y Baleares; eran los zorzales alirrojos, una especie migradora que cría en las altas latitudes de Europa, cuya presencia entre nosotros se hace cada vez más extraña.
En nuestras latitudes es raro oír el canto de esta especie, una estridente y rápida secuencia de chirridos y chasquidos que recuerda al gorjeo de las golondrinas. Más frecuentemente, se pueden escuchar los reclamos que emite mientras se desplaza en bandadas, tsiip, o un chasquido, chuck, cuando se mueve en el suelo.
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