La fuente fue concebida con una doble funcionalidad, la ornamental y la práctica, es decir, la de suministrar agua a los madrileños. En un principio esta utilidad se iba a proporcionar a través de un surtidor con la forma de una jarra con un niño sentado encima, de la que brotaría el agua para uso público. Sin embargo, esta figura infantil no llegó jamás a realizarse, por lo que la fuente sólo sirvió como abrevadero para los animales durante los primeros 13 años de su existencia (1781-1794). Para solucionar lo que era una demanda popular Juan de Villanueva propuso disponer en los costados de la fuente dos surtidores que arrojaran agua potable y que representaran además los emblemas heráldicos de la villa: un dragón y un oso. Para labrarlos se eligió el proyecto de Alfonso Giraldo Bergaz que tasó el dragón en 7.000 reales y el oso en 6.000 reales.
El uso de los surtidores de agua potable estaba regulado, y de esta forma, el uso del surtidor del oso era exclusivo para los 50 aguadores de Madrid, mientras que el de la sierpe era de uso público. Este uso estubo activo durante una veintena de años, hasta que se prohibió el uso público de la fuente y las figuras fueron retiradas, cuando se trasladó el monumento al centro de la plaza.
La diosa aparece al lado de la plaza, y mirando hacia Neptuno, como puede apreciarse en la fotografía inferior.
Llegamos al año 1895 y tras las discusiones y polémicas entre el Ayuntamiento y La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, sobre dónde debía de estar el monumento. La diosa ocupa el centro de la plaza y mirando hacia las Puertas de Alcalá, tal y como lo conocemos.
Pero volvamos al origen de esta entrada. Del monumento desaparecieron varios elementos.
El grifo estaba en buenas condiciones así que se guardó en los almacenes de la villa, junto con otras piezas de monumentos varios donde quedó abandonado y olvidado. Cuando a finales del XIX se restaura la casa de Cisneros se traslada la sierpe al jardincillo del edificio.
A el oso se le reservó un destino más popular y fue más visitado por todas las familias madrileñas. Su ubicación fue el parque del Retiro y en concreto en la Casa de Fieras. Incluso
Incluso durante una temporada se situó dentro del recinto de los osos, tal y como se aprecia en esta foto de 1958.
Estas dos esculturas volvieron a encontrarse, después de años de separación, en el patio del Museo de los Orígenes donde se pueden visitar y admirar las otras figuras procedentes de otras fuentes de Madrid.
El otro elemento desaparecido de la fuente ha sido la verja. En 1895, el Ayuntamiento de Madrid aprovechó el desplazamiento de la fuente desde su enclave inicial, hasta el centro de la plaza para proteger a la deidad con una verja. Después de una nueva remodelación, a finales del siglo pasado, la reja desapareció sin explicación alguna por parte de la alcaldía. Finalmente, hace unos años, se dio con su paradero: la entrada del recinto de la sede de la banda de cornetas y tambores de la policía municipal, cerca del Puente de los Franceses.
Y terminamos esta entrada con las voces de Ana Belén y Joaquín Sabina: A la sombra de un León...
Llegó
con su espada de madera
y zapatos de payaso
a comerse la ciudad
Compró suerte en Doña Manolita
y al pasar por la Cibeles
quiso sacarla a bailar un vals
como dos enamorados
y dormirse acurrucados
a la sombra de un león
"¿Qué tal?
estoy sola y sin marido
gracias por haber venido
a abrigarme el corazón."
Ayer
a la hora de la cena
descubrieron que faltaba
el enfermo 16
Tal vez
disfrazado de enfermero
se escapó de Ciempozuelos
con su capirote de papel.
A su estatua preferida
un anillo de pedida
le robó en El Corte Inglés
Con él
en el dedo al día siguiente
vi a la novia del agente
que lo vino a detener
Cayó
como un pájaro del árbol
cuando sus labios de mármol
le obligaron a soltar
Quedó
un taxista que pasaba
mudo al ver cómo empezaba
la Cibeles a llorar
y chocó contra el Banco Central.
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