Esta fuente en un principio se llamó de las Apias. Estaba situada a la entrada de la iglesia del Buen Suceso. La fuente tenía cuatro bustos de mujer de cuyos pechos manaba el agua. En 1625 el escultor italiano Florentino Ludovico Turqui adquirió la diosa, obra del italiano Rutilio Gaci, para esta fuente.Tras la colocación de la estatua de Venus en el plano superior, el pueblo la rebautizó como la Mariblanca, por su alabastrino color.
Durante muchos años, casi cuatro siglos, la estatua ha estado en la puerta del Sol. A partir de 1838, la estatua empieza a viajar por los lugares más pintorescos de Madrid, primero en la plaza de las Descalzas, pasará al almacen municipal hasta 1912 que se situa en el Retiro. Con la remodelación del paseo de Recoletos, se instala en este paseo, hasta que fue dañada por actos vandálicos. La Venus se restaura y se traslada al Museo de Historia de Madrid, en la calle de Fuencarral, del museo pasa a la Casa de la Villa.
A finales del XX se realiza una copia de la estatua y se instala en las confluencias de la Puerta del Sol con la calle Arenal, diametralmente opuesta a su emplazamiento original.
Esta pequeña historia se puede complementar con otra anterior titulada "La Puerta del Sol y Tio Pepe".
Al realizar esta entrada recordé aquella vieja canción de Olga Ramos, que se escuhaba en el silencio de las horas de siesta, en el patio de mi casa. La canción hace referencia a los sentimientos de la fuente y el reloj. La mazurca es obra de Francisco de la Vega. El autor llegó a Madrid, desde Cangas de Onís, en él se puede ver este espiritu de superación, llegó siendo analfabeto. Su primer trabajo fue de lavaplatos. Con el tiempo se convirtió en un importante empresario llegando a regentar el Gran Café Universal. Pero lo más meritorio es la faceta de poeta y escritor como lo demuestra con esta composición.
Mazurca
Letra de Francisco de la Vega
Música de José María Martín Domingo
I
En Madrid hubo una fuente llamada la Mariblanca
fuente más bonita que ella nunca la tuvo una plaza
En su pilón noche y día un reloj se reflejaba
era el reloj que en Madrid marca las horas de España
Los relojes tienen alma por lo cual se enamoró
de la bella Mariblanca y un día se equivocó
Era severo y anciano el señor corregidor
y prendió a la Mariblanca con el máximo rigor
Y el reloj desde entonces al dar la hora
no se sabe de fijo si toca o llora
Y al dar la hora, y al dar la hora
no se sabe de fijo si toca o llora si toca o llora
II
De noche cuando a las doce sus manecillas levanta
parece que pide al cielo que vuelva la Mariblanca
Y luego a las 6 y media en la alta madrugada
al dirigirlas al suelo parece que es que la aguarda
Y empinándose en su torre ve venir un resplandor
piensa que es la Mariblanca y lo que viene es el sol…
Por eso le pide el pueblo al señor corregidor
que vuelva la Mariblanca para la Puerta del Sol
Y el reloj desde entonces al dar la hora
se ha de ver claramente que ya no llora
Y al dar la hora, y al dar la hora
se ha de ver claramente
que ya no llora, que ya no llora
No hay comentarios:
Publicar un comentario