Se trata de un ave muy rara, citada una sola vez en la Península y observada esporádicamente en Ceuta. Es fácil de reconocer por sus estrías blanquinegras en la cabeza y sus alas rojizas. Sin embargo, resulta muy tímida y difícil de observar entre los matorrales, en los que suele habitar.
domingo, 9 de junio de 2019
Chagra del Senegal.
Se trata de un ave muy rara, citada una sola vez en la Península y observada esporádicamente en Ceuta. Es fácil de reconocer por sus estrías blanquinegras en la cabeza y sus alas rojizas. Sin embargo, resulta muy tímida y difícil de observar entre los matorrales, en los que suele habitar.
Es muy sonoro y se compone de agudos silbidos ascendentes y descendentes, que a veces recuerdan a algunas notas de las currucas capirotadas. No obstante, resulta distintivo el trino seco (trr-trrrrr) con el que acompaña o remata sus cantos. Otro detalle útil para identificarla reside en su costumbre de cantar mientras vuela ganando altura, para después descender planeando hasta posarse en arbustos y matorrales.
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