martes, 30 de julio de 2019
Curruca Carrasqueña
Entre las currucas que pululan por nuestras extensas zonas de monte
mediterráneo, la carrasqueña es la de más bello colorido y también una
de las más abundantes. Se trata de un inquieto habitante de jarales,
brezales, retamares, coscojares y encinares, que se mueve con discreción
entre las espesuras de estos tupidos matorrales, por lo que resulta más
fácil de detectar por su carraspeante canto o por su seco y breve
reclamo. Migrante transahariana, esta ave está presente como
reproductora tanto en la Península como en Baleares, donde habita una
subespecie diferente.
Muy similar al de otras currucas típicas de zonas mediterráneas, aunque más largo, su canto consta de una sucesión de estrofas algo carraspeantes, que se suceden rápidamente. Su reclamo, machacón, consiste en la repetición de un tec-tec-tec, seco y corto.
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