miércoles, 31 de julio de 2019
Curruca mirlona.
La mirlona, la mayor de nuestras currucas, se caracteriza por su muy
distintivo y melodioso canto —que recuerda al del mirlo, y de ahí su
nombre—, su oscuro antifaz —que contrasta con su garganta blanquecina— y
su robusto pico. Se trata de un típico habitante de bosques
mediterráneos aclarados y cultivos arbóreos (dehesas, pinares,
olivares), y, a diferencia de otros de sus congéneres —que gustan más de
matorrales cerrados—, prefiere moverse por las copas de los árboles y
entre bosques abiertos.
Emite un gorjeo melodioso que recuerda al del mirlo común (de ahí su nombre) y se caracteriza por su timbre aflautado, su ritmo lento y su tono grave. El reclamo es similar al de la curruca cabecinegra o al chasqueo de la curruca capirotada.
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