El de la mula torda

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sábado, 2 de mayo de 2015

El vino de San Martín de Valdeiglesias.


"Bendito sea Noé que plantó la viña ..." Esta era la frase con la que se comenzaba una buena velada. El personaje bíblico Noé, después de haber construido el arca y una vez que pasó el diluvio, se convirtió en agricultor y plantó la viña. Aprendió el arte de transformar el mosto en vino. En una cata desmesurada del dulce néctar, se embriagó, o lo que es lo mismo se emborracho. Con los sofocos del momento optó por desnudarse y con el sopor de la bebida se quedó dormido. uno de sus hijos Cam, el padre de Canaán, vio a su padre desnudo y fue a contárselo a sus hermanos, que estaban afuera. Entonces Sem y Jafet tomaron un manto, se lo echaron sobre los hombros, y caminando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre. Como miraban en dirección opuesta, no lo vieron desnudo. Cuando Noé despertó de su borrachera y se enteró de lo que su hijo menor le había hecho, declaró: "¡Maldito sea Canaán! Será de sus dos hermanos el más bajo de sus esclavos."
Y agregó: "¡Bendito sea el Señor, Dios de Sem! ¡Que Canaán sea su esclavo!
¡Que Dios extienda el territorio de Jafet! ¡Que habite Jafet en los campamentos de Sem, y que Canaán sea su esclavo!" (Génesis, 9 20 27).
En concreto este fresco es de la serie del Génesis de la bóveda de la Capilla Sixtina, que pinto Miguel Ángel. en el podemos distinguir a la izquierda a Noé trabajando la tierra y sembrando la viña con una pala. La escena principal aparece Noé en el centro desnudo, incorporándose. La figura es similar  al mural de su vecino Adán, en la creación de Adán. Sem evita mirar a su padre, y lo cubre con un manto azul. Mientas tanto los otros dos hermanos discuten sobre lo que ha ocurrido a su padre. Miguel Ángel pinta a sus tres hijos desnudos, solo llevan unas mantas  enrolladas en su cuerpo para cubrir a Noé.
Nuestro Canaán lo podemos encontrar en la zona del suroeste de Madrid, en el valle del Alberche, allí las vides crecen de forma natural y los agricultores han superado al mismísimo Noé.
Para poder hablar de esta rica producción debemos conocer un poco la historia del lugar. La fundación de Valdeiglesias se la debemos al príncipe visigodo Teodomiro sobre mediados del siglo VII. El lugar con la invasión árabe se despobló. Tendremos que esperar a la Reconquista con el asentamiento de los monjes. Sabemos que en 1148 existían varios monjes entorno a este lugar. Se dedicaban a la contemplación hasta que en 1152 visitando estos lugares Alfonso VII, quedo prendado del verdor perpetuo de dicho valle y de las aguas de los arroyos y rio que lo surcaban, dio la posesión al Abad  Guillermo, del Monasterio de Santa María de Valdeiglesias, dependiente del Monasterio de la Espina. En los dos monasterios se practicaba la regla de San Benito. La donación del Valle fue a perpetuidad, siendo el dominio de 12 leguas alrededor. posteriormente se hicieron cargo del Monasterio la rama desgajada de los Benedictinos, los Cistercienses o Bernardos. El rey edificó una casa para su descanso junto  a la ermita de la Virgen Catalina, siendo esta una de las doce ermitas del Valle. durante su reinado los anacoretas que vivían por diferentes cuevas y ermitas, bajaron al Monasterio y abrazaron la Regla. Muchos nobles siguieron el ejemplo del rey y edificaron casas solidas y estables. El rey dio carta puebla al valle y como el terreno era apropiado para el viñedo, y había grandes exenciones tributarias, vinieron muchos colonos, entre ellos forajidos, que rechazaban la autoridad del Abad.
 Muerto el rey heredó el trono de Castilla su hijo Sancho. A instancias de los monjes de Valdeiglesias, confirmo un aumento de las donaciones para el pueblo de San Martín, propiedad del Monasterio. El rey dio privilegios y fueros propios a la Villa en 1159. San Martín estuvo sujeto al abadengo de Santa María casi tres cientos años. Su hijo, Alfonso VIII, el de las Navas de Tolosa, se dejo caer más de una vez por el valle. Acrecentó los privilegios de la villa con nuevos fueros. Muerto el rey hay un abandono hasta que muchos años después Fernando IV hace paradas por los diferentes sitios de San Martín, como dice en su Libro de las Monterias: "maté un gran oso, levantado por mis perros en la ribera del Alberche, corriéndole durante cinco días consecutivos, con muchos lebreles y monteros por Valdeinfierno (hoy Valdeyermo) por las Caabreras,, el Berrocoso, Valdealiame, Endrinoso, Fuenfría y otros pagos, y al cabo los maté junto a nuestras casas".
Pasaron los años y en tiempo de Enrique II de Trastamara, en 1369, se funda en los terrenos colindantes del cerro de Guisando el monasterio de San Jerónimo de Guisando. En 1468 el monasterio es ocupado por los nobles partidarios de la sucesión en el trono a la hermana de Enrique IV, Isabel de Castilla y allí mismo en la Venta de los Toros de Guisando fue jurada reina
Pero vamos por orden, anteriormente  reinando Juan II, el padre de la reina Católica, y de su hermano Enrique IV, en San Martín hay grandes revueltas contra los monjes de Santa María de Valdeiglesias, con el beneplácito del abad del Monasterio de la Espina. Estas disputas son aprovechadas por el valido del rey Juan II y consigue comprar la villa por 3000 maravedíes. Don Álvaro de Luna es el señor de San martín de Valdeiglesias.
De todos es  sabido que los monjes de San Benito entre "ora et labora" se dedicaron con primor mucho más que a rezar a laborear las viñas y el vino de la región ya era conocido en muchas partes de la cristiandad.
Sabemos por los escritos de Mudarra que en 1599 la peste afectó al municipio y que para dar gracias por la cura de la enfermedad peregrinarían hasta la ermita el Lunes de Pascua, día del Hornazo. en las mismas crónicas se dice que la bebida más habitual era el vino, sin faltar bebidas refrescantes, de mayor consumo en las casas solariegas. Las más extendidas fueron  la olaja, mezcla de de agua con especias y miel,el hipocrás, vino azucarado y especiado, que se servían frías, mezcladas con nieve, procedentes de los llamados pozos de nieve de la Fuenfría.
En esta pequeña visión histórica hemos llegado hasta Don Álvaro de Luna y es este personaje el que da nombre a la cooperativa de vinos del lugar. 
La Bodega Don Álvaro de Luna (S.A.T 2906), con dirección en Calle Camino Viejo de El Tiemblo, 3 Teléfono: 91 867 60 07 Fax: 91 861 02 72 Email: alva2@donalvarodeluna.com 28680 San Martín de Valdeiglesias (Madrid) , queda constituida en 1960, recogiendo el buen hacer artesano de la región. Bodegas de larga tradición con caldos ya famosos desde el siglo XII, cuando eran considerados uno de los mejores proveedores de la casa real, que sirven para maridar con los mejores platos de nuestra gastronomía. Esta bodega cooperativa, con una extensión de 1.800 hectáreas de viñedo propio, con uvas de las variedades tempranillo, garnacha y albillo,  ha conseguido hacerse con un lugar privilegiado entre los vinos de esta D.O. Produce una media de dos millones y medio de litros anuales, comercializados bajo las marcas:
  • Tinto Crianza: 1434 Tempranillo • 1434 Garnacha Crianza
  • Tinto: Novuss Tinto • Novuss Garnacha • Andrevo Tinto • Andrevo Garnacha • Qvod 1 Tinto • 1434 Garnacha
  • Blanco: Novuss Blanco • Andrevo Blanco • Qvod 1 Blanco • Qvod 1 Albillo • 1434 Albillo
  • Rosado: Novuss Rosado • Qvod 1 Rosado • Andrevo Rosado.
La cooperativa de vinos Bodega Don Álvaro de Luna, convive hoy día con otras bodegas privadas como Valleyglesias , Bernabeleva, viñedos San Martín
Bodega Valdeyglesias.
Una de las familias del pueblo Los Ocañas es dueña de la bodega Valdeyglesias. 
Sus marcas son:
  • Albillo Real.
  • La Pájara.  
  • Ganacha Centenaria.
  • Minoss
  • Garnacha Rock
Bodega Bernabeleva.
En la zona que linda a la provincia de Ávila, junto al arroyo de Tórtolas, nos encontramos con Bernabeleva
con sus vinos
Tintos :
  • Navaherreros, Garnacha de Bernaveleva. 
  • Bernabeleva, Arroyo Tórtolas.
  • Bernabeleva, Carril del Rey.
  • Bernabeleva, Garnacha Viña Bonita.
Blancos:
  •  Navaherreros, blanco Bernabeleva.
  • Cantocuerdas, moscatel.
  • Cantocuerdas, albillo.
Viñedos San Martín.
Viñedos San Martín es más conocida por Las Moradas de San Martín.
Comercializa los vinos:
  • Initio
  • Libro siete. Las Luces.
Fuera del término municipal de San Martín pero muy próximo a Él, en Pelayos de la Presa tenemos las nuevas bodega Marañones, que la incluyo dentro de los vinos de San Martín ya que estos se extraen de las uvas de este término.

Bodega Marañones.
Esta bodega de Marañones, comercializa los vinos blancos:
  • Picarana.
  • Piesdescalzos.
tintos:
  • Treintamil maravedies
  • Labros
  • Peñacaballera
  • Marañones
Para completar esta entrada tenemos que dedicar unas palabras al Castillo de San Martín.




El Castillo perteneció en un principio, como todos los de la zona, al Condestable de Castilla, Don Alvaro de Luna, quien lo construye en 1434, al comprar el Señorío a los monjes de Santa María de Valdeiglesias. Por el han pasado diferentes personalidades históricas, entre ellas Isabel de Castilla y su hija Juana de Castilla.
Ha pertenecido a diferentes propietarios que han hecho de él un uso privado. 
Con el tiempo el castillo se arruinó. En la Guerra de la Independencia fue ocupado por los franceses. El nuevo uso militar fue en la Guerra Civil española, en el que el castillo fue base de una emisora de comunicación de la la Legión Condor. Uno de sus propietarios fue Juan Antonio Corcuera, debido a un lapsus calami, en un folleto publicitario en los años sesenta del pasado siglo, el castillo tomo el nombre de Castillo de la Coracera, en vez de Corcuera. El Castillo pasó a manos del Varón del Sacro Lirio, quien comienza una reconstrucción del castillo, incorporando restos arquitectónicos de otros enclaves de la zona. El castillo es vendido y lo adquiere el extravagante Juan Fernández Ganza, de profesiones varias. Quiso vivir como el señor feudal y murió en él en extrañas circunstancias. El castillo es utilizado por sus descendientes como casa, y al poco venden el inmueble.
Centro de Promoción del Vino de Madrid.
El Ayuntamiento de San Martín de Valdeiglesias y José Fernando Cornejo Pablos, propietario de la bodega Marañones, se hacen cargo del inmueble siendo propietarios al 50% y crean la fundación Castillo de la Coracera que ostenta la titularidad. Siendo la sede del Centro de Promoción del vino de Madrid. En el está el Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Vinos de Madrid. 
El Vino de San Martín de Valdeiglesias en la literatura.
El Vino de San Martín de Valdeiglesias ha sido mencionado y elogiado por diferentes autores.
Jorge Manrique (1440-1479) dedica unas coplas con más humor que reconvención, que en la gran borrachera, confunde lo humano con lo divino y convierte la taberna en tabernáculo y en ella:
Está como un serafín
diziendo ya: "Oxalá 
estuviese San Martín
adonde mi casa esta" 
Fernando de Rojas (1470-1541)en la Celestina, menciona el vino de San Martín. Hablando de los buenos tiempos dice Celestina:
"Pues vino no me sobra, de lo mejor que se bebía en la ciudad, venido de diversa partes de murviedro, de luque de otro madrigal, de sant martin,  y de otros muchos lugares"
En 1561 Felipe II fija la corte en Madrid y de inmediato se convierte en la capital de dos mundos. El lujo y la miseria se instalan aquí. Los ricos y los mendigos comparten solo las calles de Madrid. A las mesas de los primeros llegan los vinos de todas las partes del imperio. Miguel de Cervantes (1547-1616). En la obra cervantina son muy numerosas las referencias al vino, pues en el Siglo de Oro resultaba insustituible como alimento del cuerpo y estimulante del ánimo, que en ocasiones tan decaído traían los soldados y los poetas.
Cervantes hace una recopilación de los vinos de la época. Fue Cervantes lo que en sus tiempos se llamaba un “mojón”, y hoy diríamos un degustador fino, un catador o una buena “nariz”. Distinguía por el olor y el paladar, al igual que Celestina, las diferencias de gusto que dan a sus vinos las diversas tierras y viñedos de España, y hasta presumía de ello. Amaba el vino y, como a Sancho, le resultaba duro verse obligado a pasarse sin él. El vino que más le gustaba era el vino de Esquivias, ya que era el pueblo de su mujer y era propietaria de viñedos. En el prólogo de El Persiles, resalta los ilustrísimos vinos de Esquivias y también hace mención de ellos en El Coloquio de los Perros, donde los compara con otros tres de los grandes vinos de España, los de Ribadavia, Ciudad Real y San Martín de Valdeiglesias. Pero, sin duda, los dos vinos que prefirió Cervantes, por encima del néctar de los pagos de Esquivias, fueron los de Ciudad Real (blancos y tintos) y los blancos de San Martín de Valdeiglesias. 
En la época de Góngora  el desayuno por excelencia en Madrid era el letuario (confitura de cortezas de naranja sumergidas en miel) y aguardiente. Que nos recuerda el famoso poema de Luis de Góngora “Ándeme yo caliente y ríase la gente”:
Traten otros del gobierno del mundo y sus monarquías,mientras gobiernan mis díasmantequillas y pan tierno;y las mañanas de inviernonaranjada y aguardiente,y ríase la gente
El desayuno favorito de uno de los escritores más ilustres de la época, Lope de Vega, consistía en torreznos asados y vino de San Martín de Valdeiglesias.
Gabriel Tellez, el fraile mercenario que, como escritor, firmó con el seudónimo de Tirso de Molina (1579-1648), hace una incompleta relación de ellos en la comedia "La Villana de la Sagra":
Ni se vende aquí mal vino;
que a falta de Ribadavia,
Alaejos, Coca y Pinto,
en Yepes y Ciudad Real,
San Martín y Madrigal,
hay buen blanco y mejor tinto. 
Como podemos ver son numerosas las citas que los clásicos hacen de los vinos de San Martín, hasta Arturo Pérez-Reverte menciona este vino en el primer capítulo de la novela El Capitán Alatriste.
En el aspecto pictórico podemos mencionar la obra de Goya "El Otoño" o "La Vendimia" en el que podría representar segun autores una escena de esta localidad.


 

Pasan los años y llegamos a la época de José Gutierrez Solana y en pleno esplendor de las tertulias encontramos  este preciado elemento y tomo como ejemplo el más representativo.  En el cuadro se ve reflejada una de las reuniones de intelectuales tan típicas en las tres primeras décadas del siglo XX. La acción se desarrolla en uno de los cafés típicos madrileños, de igual nombre que el que se indica en el título de cuadro, el café Pombo. En el centro Ramón Gómez de la Serna. Este retrato múltiple, nos da a conocer la imagen de muchos de los intelectuales de la época: Manuel Abril, Tomás Borrás, José Bergamín, José Cabrero, Mauricio Bacarisse, Pedro Emilio Coll, Salvador Bartolozzi, incluyéndose él mismo pintor, José Gutierrez Solana, entre ellos en un maravilloso autorretrato. Destaca la sobriedad de los retratados y los colores oscuros que utiliza, que tan característicos son del artista. Y en el centro de la mesa el vino, objeto de esta entrada, ¿Quizá también de San Martín de Valdeiglesias?

 Y para terminar esta entrada volvamos al siglo XV en el Cancionero de Palacio encontramos este villancico de Juan de la Encina (1468-1530), en el que el vitalismo renacentista se centra en las actividades más básicas del ser humano, el comer y beber, y si puede ser, para mayor placer, el vino de San Martín de Valdeiglesias.

Hoy comamos y bebamos.
Y cantemos y holguemos,
que mañana ayunaremos.

Por honra de san Antruejo
parémonos hoy bien anchos,
embutamos estos panchos,
recalquemos el pellejo.
Que es costumbre de concejo
que todos hoy nos hartemos,
que mañana ayunaremos.


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