El origen de este nombre procede del latín "Taberna" y se utilizaba para designar a un tipo de comercio, con la característica, de estar abierto a la calle. Si la taberna servía comidas calientes y bebidas se denominaba "Thermopolium" en todas ellas rezaba el siguiente menú "Habemus pullum, piscem,
pernam, panem" (Tenemos pollo, pescado, carne, pan).
Hacia el año 1200 abre el primer restaurante en París y tenía la siguiente inscripción en la puerta "Venite ad me omnes qui stomacho laboratories et ego
restaurabo vos" que viene a significar "Venid a mi todos aquellos cuyos estómagos clamen
angustiados, que yo los restauraré". De esta forma pasan a llamarse, a todos estos establecimientos que daban comida, restaurantes.
En Madrid, tenemos el restaurante más antiguo del mundo, según el Libro Guines de los Records, es el llamado Botín, fundado en 1725. Cada día, desde hace varios siglos, en sus mesas
se dan cita fieles y curiosos, ansiosos por degustar los deliciosos cochinillos y corderos asados al estilo castellano
que su viejo horno de leña cocina sin descanso desde el día de la
apertura.
Recuerdo que allá por los años 1960, mi madre, como otras muchas mujeres se acercaban hasta el afamado restaurante para comprar, lo que no tenía salida, las cabezas asadas de cordero y en casa dábamos buena cuenta de ellas.
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