El de la mula torda

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lunes, 30 de abril de 2018

Calle de Maestro Victoria.

Esta pequeña calle peatonal del Centro de Madrid lleva el nombre del ilustre organista.  Si nuestro curioso caminante alza la mirada sobre el bullicio de la gente, leerá Calle del Maestro Victoria. Este azulejo fue instalado hacia el año 92 y, sorprendentemente, nos da unas fechas de nacimiento y defunción, (1540-1608) que aunque aproximadas, no son sin embargo exactas.
Los azulejos son obra del ceramista Alfredo Ruiz de Luna Gónzalez, que trabaja para el Ayuntamiento de Madrid hasta su muerte.
En tiempos de Victoria, mucho antes que "El Corte Inglés" y su anual espectáculo infantil Cortylandia fueran imaginables, la calle se conocía como "Calle de Capellanes". Se le dio este nombre porque muchos de los capellanes del vecino convento de las Descalzas Reales se hospedaban aquí. 




En 1901 la calle se llamó de Mariana Pineda, condenada a muerte por ser la bordadora de la bandera liberal. A fechas de hoy Mariana Pineda tiene una plaza en el barrio de Vallecas. El nombre de maestro Victoria data de1941 por ser en esta calle donde residió y falleció en la casa de los Capellanes. Como nota curiosa de este periplo madrileño informarles que en una calle cercana, la calle Misericordia, vivió Pío Baroja, quien poseía la Tahona de Viena Capellanes. Si nuestro buen paseante desea entretenerse un poco más, y como nunca es tarde para tomarnos un aperitivo y éste entra a cualquier hora,  podrá saborear un buen bacalao en Casa Labra.



Pero volvamos al origen de esta entrada, la imagen del mosaico que anuncia el nombre de la calle no tiene nada que ver, por lo menos con la fisonomía, que conocemos del capellán. Ese fraile regordete con hábito de franciscano, más parece el cocinero de la antigua tahona del convento, que el famoso compositor y organista, Tomás Luis de Victoria. En el solar que ocupaba la casa de los capellanes se ha instalado la placa amarilla de la parte superior. Las fechas son correctas. 



La antigua casa de los capellanes tras su secularización y reforma pasó por diferentes usos. Desde imprenta hata que el patio se cubrió para transformarse en los salones de baile más afamados de Madrid. Una habanera de la época habla de prestigio de este baile, frente a otros de la capital cuando dice aquello de: "No me lleves a Paúl / que nos verá papá / llévame a capellanes / que estoy segura que allí no irá".
El teatro o circo Paúl al que alude la habanera estaba situado al comienzo de la calle Barquillo. El nombre se debe a su fundador, el francés, Paul Laribeau.
El padre Claret desde el púlpito de Monserrat lanza contra este establecimiento todo tipo de diatribas. "Jovenes que estais bailando, / al infierno vais saltando".
Volvemos nuevamente a nuestra historia. La ejecución del mosaico es perfecta. Quizá el ceramista talaverano, Alfredo Ruiz de Luna, se trasladase a la época pasada del salón de baile, y se tomase unos buenos vinos de Méntrida, por hacer patria, a la hora de documentarse sobre el músico. El sacerdote más se parece al protagonista de la novela del Padre Isla, Fray Gerundio de Campazas, alias Zote, que la del abulense.
Las imágenes que identifican al personaje son las que te dejo en la presentación.
Haz clic en el reproductor para ver la fisonomía del músico.


 

El otro error cometido por el autor de la placa de la calle es la fecha de su fallecimiento, que fue en 1611, por lo menos así consta el  atrio de la vecina iglesia de San Ginés, en la que reposan sus restos.






El Maestro Victoria fallece el 27 de agosto de 1611, quedando inscrita en el segundo Libro de Difuntos de la Parroquia de San Ginés de Madrid con las siguientes palabras:
"Tomé de Victoria clérigo organista de las Descalzas en la calle del Arenal en sus mismas casas murió oy  sábado 27 de agosto de 1611; enterróse en las Descalzas, recibió los Santos Sacramentos administróselos el Doctor Ronquillo, hizo testamento ante el Juan del Castillo, escribano, testamentarios el licenciado Mirueña, que bibe en las dichas en la calle del Arenal y don Juan de Triviño, que vive en las dichas casas".

El maestro Victoria pasó los últimos 25 años de su vida en este barrio de Madrid. Cuando se habla de él se le recuerda como abulense o como romano. Ya es hora de reivindicar al organista como madrileño. Fue aquí, en el kilómetro cero de la capital española, donde Victoria compuso la música para al menos 7 de los 15 libros de polifonía que comprenden sus obras completas. La música contenida en esos libros no sólo fue la parte más madura, y, en el caso de su libro de 1600, la más innovadora, sino que la música que compuso en la capital le dio la fama universal que parece encontrar eco incluso en su propio nombre ¡Victoria!
En particular a mí me gusta esta interpretación del motete a doble coro y cuatro voces por La Capella Reial de Catalunya dirigida por Jordi Savall. Si te apetece escucharlo clic al reproductor, tarda un poco en cargar.


 Texto.
Ave Maria, gratia plena,
Dominus tecum:
Benedicta tu in mulieribus,
et benedictus fructus ventris tui Iesus.
Sancta Maria, Regina Coeli,
dulcis et pia, O Mater Dei:
ora pro nobis peccatoribus,
ut cum electis te videamus.
Traducción.
Ave María, llena eres de gracia,
el Señor está contigo,
Bendita tú entre todas las mujeres,
y bendito el fruto de tu vientre Jesucristo.
Santa María, Reina de los cielos,
dulce y piadosa, Oh Madre de Dios:
ruega por nosotros pecadores,
que como elegidos te miramos.






Llama la atención que fuera enterrado en una de las iglesias más castizas de Madrid, a pesar de su advocación francesa, San Ginés, en vez de haber recibido su descanso en la que fue capellán, "Las Descalzas", pero eso será otra historia...

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